Reconozco que siempre
me han atraído esas mujeres
que tienen ligeramente desviada
me han atraído esas mujeres
que tienen ligeramente desviada
una de las dos pupilas hacia adentro.
Despiertan mi deseo
las de conversaciones largas
y distancias tan cortas
y distancias tan cortas
que pueda oler sus palabras.
Y en absoluto me cierro a las casadas
aburridas de un matrimonio
de polvo sabatino
de polvo sabatino
y domingo de fútbol y Fórmula 1.
Aunque debo reconocer
Aunque debo reconocer
que las solteronas y viudas
resultan encantadoras
en su húmeda soledad...
sin importarme nada
el color de sus pieles,
el peso que dan a la báscula
o si son madres o aún nietas.
De entre el sinfín de perfumados cuellos,
manos de lejía
o escoradas miradas
o escoradas miradas
capaces de leer el pensamiento;
destacando sobre las bocas
que enamoran convenciendo,
los escotes ya marchitos
los escotes ya marchitos
y las caderas que incitan a jugar a ser poeta...
brillando cual vidrio
brillando cual vidrio
en el asfalto de la noche,
elevándose en mitad
de las demás mujeres, sin embargo,
todavía apareces tú,
invencible al olvido,
todavía apareces tú,
invencible al olvido,
confirmando dos inmesas verdades
inmediatamente a saber:
continúan sobrándome
las ganas de verte,
inmediatamente a saber:
continúan sobrándome
las ganas de verte,
pero me siguen faltando
los treinta euros necesarios.
los treinta euros necesarios.
El Sietemesino
Imagen (Google)
Me gusta mucho. Mucho mucho. Nere
ResponderEliminarHay que reconocer tu bien gusto.....
ResponderEliminarSiempre hay paredes insalvables que nos niegan el acceso a los deseos más libidinosos. Buen poema, amigo mío.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gustan esos poemas de la experiencia que se van desgranando poquito a poco...enhorabuena, y sigue prodigándote. Que, a diferencia de los euros, nunca te falten versos. Y euros tampoco xD
ResponderEliminarUn saludo :)