Esta infinita dieta
sin sus enormes tetas
alimenta mi mente
con ficciones indecentes,
pensamientos lascivos
que al volverse obsesivos
producen gran tensión
bajo mi pantalón.
No obstante en estos casos
(de ir de su cuerpo escaso)
aún me llego a relajar
al estilo habitual,
que sin ser tan completo
como el juego del teto
me alivia las tensiones,
da buenas sensaciones
y motiva en mi abuelo
(que de tonto no tiene un pelo)
semejante pregunta
digna de su mente astuta,
al verme salir del servicio
aún con cara de vicio:
"Qué, cuántos litros has meao,
porque con lo que has tardao...".
Mas así es de rancia
la cosa de la distancia,
que apretando el deseo
no queda otra que el aseo.
El Sietemesino
Imagen (Google)
Que poesía tan divertida !!! Muy buena para empezar el día con una sonrisa
ResponderEliminarjajjajja..... qué buena!!!! se te queda una sonrisa en la cara cuando la terminas de leer!. Un besito sietmesino!.
ResponderEliminarjejejeje...muy buena!!!
ResponderEliminarme encanta tu sentido del humor...:)
El miembro incansable, soneto anónimo del siglo XVIII
ResponderEliminarÈrase un largo y colosal carajo
de ensortijadas crines revestido;
carajos entre carajos escogido
de empuje horrendo y formidable tajo.
En su contínuo y singular trabajo
de coño en coño errando embravecido,
jamás se vió su frenesí rendido
ni agotado su ardiente espumarjo.
Cuarenta coños de doncella intacta,
quince culos de frayle bien cebados
piensan rendirlo. ¡Miserables tretas!
La furibunda máquina compacta,
dejándolos a todos estropeados, ´
aún pudiera aguantar doce puñetas.....