viernes, 12 de diciembre de 2014

A veces siempre



La despedida es un drama
cuando queda en la piel
tanto amor por entregar,
porque a veces se muere de frío
un beso en los labios
y el hueco que deja
en los brazos la ausencia,
desata una lluvia
sombría de horas
sin flores, manzanos
ni noches jugando
a enredar el sofá de ternura.

La vida
se muestra tan fértil


y amable a veces,
que una concha
de mar en la orilla
puede volverse un recuerdo
capaz de mojar las mejillas;
a veces se muestra tan fácil
y grata la vida,
que el andén de cualquier estación
se convierte en la chispa
que enciende la sangre
y pone en silencio la boca.

Sin embargo aún puedo decir
que envidio los verdes helechos,
las olas atlánticas
y el canto del gallo
que abre las luces;
puedo decir que envidio los cuervos,
los montes de robles
y el viento que sopla del norte
trayendo olores sagrados;
decir que envidio la hierba, el castaño,
la bruma y la rosa escarlata
que mira tu puerta
entre zarzas, abejas
y tardes de octubre
que matan de pena. A veces.

Puedo decir a veces...
que a veces te quiero siempre.

Y decir que la despedida es un drama
cuando queda en la piel
tanto amor por entregar,
porque a veces se muere de frío
este beso en mis labios,
y el hueco que deja
en los brazos tu ausencia,
desata una lluvia
sombría de horas
sin flores, manzanos
ni noches jugando
a enredar el sofá de ternura.

El Sietemesino

1 comentario:

  1. Te quiero. Sin buscar nada, sin pretender nada, sin esperar nada.

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