lunes, 18 de noviembre de 2013

Vecinos

 
 
Qué asquito de vecinos,
¡pero qué asco de verdad!
esas cerdas cucarachas
ruidosas hasta el infinito y más allá.

A las seis de la mañana,
Don Hijoputa Que Vive Arriba,
en sana costumbre tendrá...

pasearse por la habitación
sin unos calcetines al andar;
treinta minutos después
a la calle saldrá
previo portazo que sin dificultad
los cimientos del edificio hará temblar,
y metiéndose en una furgoneta
al fin de mis orejas a tomar por culo se irá.

Segundo round,
a las ocho y por cortesía de
¡¡La Coneja de Abajo!!
la misma de los cuatro críos
que con la ayuda del marido
vino a alumbrar,
el mamón y apestoso catacaldos del marido,
cantará: "¡en tu madre me voy a cagar,
hostias, levántate ya!";
son los buenos días que da
a lo que una vez del coño le salió.

Y el crepúsculo
¡oh! la cautivadora sonata diaria
con sus rojos matices me sorprenderá
mientras un combo me hacen
a lo Street Fighter sin piedad.

Coneja de Abajo Vs
Don Hijoputa Que Vive Arriba
forman una dupla inmortal
y competir parecen
por el título mundial
de: Va-mos-a-Jo-der-tu-Vi-da
sin-que-Ten-gas-que-Pagar.
Entonces fuertes estrategias psicológicas
inmisericordemente empezarán a aflorar:
martillazos,
portazos,
arrastrones
el Uno
y gritos a lo hiena moribunda,
sin que un maldito infarto le vaya a dar,
la Otra.

Así transcurren mis días
de escribidor desempleado
que masturbarse tiene
varias veces
para poder el sueño conciliar,
y que una vez roncando
como en el fango el cerdo
es la abuela quien me despierta para recordar:
"¡¡Venga, zompo,
las nueve de la mañana
hora peninsular!!".

Pero algún día,
algún día no muy lejano
juro que todo cambiará:
ya no se reirá
en mi ojerosa cara
la policía,
y en mis noches,
igual que en mis días,
la poesía fluirá
entre los pedregales del silencio
así como la corrupción
en la cima del poder fluye sin cesar,
pues cerca se halla la hora
en que encuentre un puto,
ínfimo, trabajo
que permitirme pueda
comprarme unos tapones,
tapones de los buenos de verdad.

Mientras tanto,
y sin ánimo de exagerar,
las arterias que me pueblan
tensándose poco a poco van
hasta verme abocado al lorazepam.

Aunque lo lograré, creo que lo lograré;
así se abran las aguas
de la playa de El Postiguet
y así con la furia
de siete elefantes adultos juntos
alguien me quiera detener...
pero lo lograré,
¡vaya si lo conseguiré!


El Sietemesino

2 comentarios:

  1. Contraataca, primo, contraataca. Música a toda castaña, colgar un cuadro en la pared, aprender cante hondo. El fin justifica los medios.

    Un abrazo.

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  2. Este no es un poema, éste es EL POEMA!
    Saludos y abrazos!

    ResponderEliminar

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