lunes, 11 de marzo de 2013

Vómito II


 
Si hay algo peor que la ausencia de esperanza, quizás eso sea la inconsciencia de su presencia: Lo primero es una muerte literal, lo segundo una defunción figurada, estirar la pata en vida. A día de hoy existe esperanza, está ahí, pero se ignora. "Mientras hay vida hay esperanza", reza la máxima. Actualmente hay vida pero no esperanza. ¡Qué enorme cotradicción! Se trata de algo sumamente refinado, de un profundo sadismo, es como vivir sin poder caminar, sin poder ver, sin poder tocar; como vivir sin vivir. Como vivir en un infierno.

Cada vez más personas hablan solo para juzgar, ser negativos, gritar. Vivimos en un infierno. Políticos que roban al pueblo, niños agrediendo a los padres, sacerdotes que violan... en un futuro esta época será ejemplo de cuanto no hay que hacer si se pretende la autorealización, la armonía, la paz, el amor, la amistad. Porque en el estado mental de semejante sociedad es imposible la amistad, el amor, la paz, la armonía, la autorealización. Es una cuestión de estado, con...


... minúscula. De estado mental. A quien tiene un cielo en su espíritu le da igual estar en el infierno porque vaya donde vaya verá el cielo, su cielo interno. Uno ve fuera lo que tiene dentro. Unos ven la belleza en una hoja seca, otros no la ven siquiera en un cuadro de Velázquez. ¿Qué sucede? ¿Acaso no tienen belleza en su interior? Sí, pero la han sepultado o, mejor dicho, han dejado que la sepulten porque, sin lugar a dudas, el individuo es el máximo responsable de cuanto sucede en su espíritu. Poco puede hacer respecto a lo externo, todo, sin embargo, en lo tocante a lo interno.

Desde dentro lo podemos todo, podemos dominar nuestra voluntad, moldear la percepción, mantener limpio el corazón y conservar intacta la inteligencia emocional e intelectual. Respecto a nosotros lo podemos todo. Lo sé, lo sé, se trata una lucha diaria, la influencia exterior es brutal, frenar es complicado. Nos instan a consumir, robar, trepar, engañar... Bien. Pintemos, escribamos, fotografiemos, compongamos, creemos. ¿Son estos estímulos tan poderosos como los externos? ¡No, son mucho más potentes dado que los emite algo mucho más fuerte! El alma.

De nosotros depende dejarnos llevar o reafirmarnos. Somos dueños de sí mismos, de nuestra propia vida. ¡Dueños y señores de nosotros! El fatalismo está bien para disfrazar incapacidades y miedos, pero el precio a pagar es muy alto. El fatalismo pudre, revienta, narcotiza la consciencia y algunos terminan cometiendo barbaridades: Han decidido creer en algo falso, piensan que no hay salida. Existen recursos, vías de escape: Por cada destrucción, una creación. Alguien se quemó a lo bonzo... ¡escribamos un poema! Un niño fue violado... ¡pintemos un cuadro! Aquel robó de los fondos públicos... ¡fotografíemos la vida!

Esa es la lucha, crear. Ante la devastación, compongamos. Ante la destrucción, construcción. Entonces el otro tipo de lucha, la lucha organizada llegará, pero primero abracemos la sutil lucha intelectual y cuando absolutamente todos hayamos comprendido que ante el negro va el blanco, algo comenzará a cambiar. Hay que empezar desde ya y a nivel individual. Puede que nuestros ojos rezumen dolor, pero sigamos ahí, creando, generando, aprendiendo de nosotros. Esa es la lucha.

Esto solo es una parte, claro. Mas el movimiento se demuestra caminando, un motor se fabrica por piezas. Sin la nada no hay todo. Solo de lo interno surge el cambio, solo del espíritu. Desgraciadamente hay gente que no quiere despertar, uno no cree si no quiere creer. Ellos son zombis, los típicos a los que les gusta un grupo musical o un libro o una pintura solo cuando ya está consagrada, cuando el éxito es evidente, cuando su valía es palpable. No sucumbamos al Sistema, no adoremos o compremos en función de las modas. Somos dueños de lo más valioso que tenemos: Nuestra propia vida. Seámos sensibles, porque la sensibilidad, por contradictorio que pueda parecer, nos hace fuertes. ¿Que nos inducen a algo poniéndonoslos hasta en la sopa? Apartemos la sopa.

El cambio no está en la Moncloa, ni el Pardo, ni en la ONU, ni en la Casa Blanca, ni en los despachos; el cambio no está en ningún centro de poder, cómo residir ahí si el poder es poderoso estando ahí. El poder está en nosotros. Protejámonos del poder, porque el poder quita y rara vez dio. Somos solos y toca asumir responsabilidades. De nostros depende, en nuestor ser interno se halla la clave.

¿Se quitó la vida? ¿por qué? ¿porque tenía una hipoteca? ¿y por qué la tenía? ¿porque la fimó? ¿y por qué la firmo? ¿porque tenía tres hijos? ¿y ahora deja huérfanos a esos tres niños? Ese hombre no fue engañado, se dejó engañar. Nadie nos engaña, nadie. No hay que subestimarse. Problema y solución anida en nosotros. Somos solos, nadie va a velarnos. Asumamos responsabilidades. Hay que ser responsables, abrir los ojos, preguntarse quién se es, qué queremos, cómo conseguirlo y cuántos riesgos corremos. Conciencia. ¿Preguntas complicadas? Mucho. ¿A pesar de eso pueden contestarse? Por supuesto. Pero entonces hay que pensar, pararse, tomar conciencia. Y muchos de los afectados jamás lo hicieron. No dudaron.

¡Y hay que dudar! la duda nos salva, nos convierte en alguien, en seres inteligentes, en personas con certezas. No es "sí" ni "no", hay que dudar y dejar de ser taxativo. Cuando seámos capaces de reconocer que no sabemos contestar, cuando eso suceda estaremos asumiéndonos, estaremos evolucionando, estaremos ascendiendo, estaremos siendo conscientes. Estaremos más cerca de la libertad.

 El Sietemesino
Imagen (Google)

5 comentarios:

  1. Hace poco leí no recuerdo donde, que quizás era más subversivo escuchar jazz que manifestarse. Puede que tengan razón, eso no lo pueden manipular.

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  2. Menuda razón tienes en todo lo que dices, en lo único en lo que no se nos puede manipular es, creo yo, en nuestras elecciones, aunque a veces no tengamos salidas fáciles, ... la última palabra o forma de vivir, de protestar, de aceptar, de revelarse está dentro de nosotros, eso sí, siempre y cuando no nos hayan dado por el culo y estemos entre rejas.Entoces no hay elección. Hay que joderse. Muy buena reflexión y feliz lunes!. Un fuerte abrazo.

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  3. La duda libera. Y la esperanza es lo último que se perdió. Me gusta tu vehemencia. Y por duro que sea, sabremos recomponersno...no depende todo de nosotros, pero sí una gran parte. Es hora de pelear, con una gran sonrisa.

    Abrazos :)

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  4. Desde pequeños nos adoctrinan para que creamos que tenemos alguna capacidad de decisión, pero todas las opciones están prefabricadas y no conocemos ninguna que no esté en el catálogo.

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  5. Plas, plas, plas... (aplaudo)
    Vómito tan afortunado como intenso.

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