martes, 17 de julio de 2012

El partyman

El verano sin sus canciones no sería lo mismo, ninguno en España concebiríamos el estío, sin cantar alguno de sus estribillos pegadizos y desenfadados por muy sesudos y finos que queramos parecer. Pocos nos atreveremos a confesar públicamente que tarareamos en casa o en la ducha, sobre todo cuando tenemos el ánimo contento, uno de sus innumerables hit's. Pocos, digo, admitirán abiertamente que sabe de memoria la letra de cualquiera de sus temas más conocidos. Sin embargo, mal que pese, es así.
Él se ha ganado, sin ápice de duda, el trono de rey del verano; merecido título, ya que lleva años haciéndonos bailar en las plazas de los pueblos, en el coche, en la playa, en la montaña y hasta en las más prestigiosas salas de fiesta de Benidorm... Aunque no sólo nos deleita con sus estrofas sino que, además, de cuando en cuando nos regala joyas en forma...
... de entrevistas interesantísimas, fruto de su bondadoso corazón.
Unos, burdas imitaciones, han pretendido durante las últimas cuantro décadas, y digo bien, "cuatro décadas", bajarlo del trono. Simulacros tales como King África, Los del Río, Bisbal, Las Ketchup o Raúl lo intentaron por todos los medios, mas tuvieron que conformarse con morder el polvo, pues él siempre vuelve con renovadas fuerzas.
Otros quisieron boicotearle argumentando que "eso" no era más que para frikis y gente que no entiende de música. Este colectivo también se topó de bruces con el fracaso ya que, de nuevo, aparecía él con su impoluta y brillante voz provocándonos frenéticos movimientos de caderas.
Cada año, al comienzo del verano, igual que las flores, las terrazas y la alergia comienzan a sonar sus diabólicas composiciones, las cuales, sin saber cómo nos taladran el cerebro y nos poseen sin poderlo evitar; nos convierten en seguidores, siervos, danzantes humanoides abducidos por la extraña fuerza de su magnífica energía.
Supongo que a semejante altura habréis adivinado de quién se trata, ¿verdad? ese simpático francés de contagioso humor que ha logrado lo que su célebre compatriota Napoleón no pudo por la fuerza. Conquistar el mundo entero con auténticos himnos estivales como El Bimbo, Macumba, La Barbacoa, El Chiringuito, Casatschok o Mecagüentó.
Desde aquí y alcanzado este punto queremos rendir, pues, un pequeño homenaje a Georgie Dann, ese espléndido profesor de E.G.B., buen nadador, mejor intérprete de jazz, audaz multiinstrumentista y compositor de éxito que no pasará a los anales de la música pero que nadie podrá discutirle, sin embargo, que ha formado (y forma) parte de nuestros más agradables recuerdos estivales.

La Minina
Imagen (Google)

7 comentarios:

  1. ¿Todavía canta? Hace años que no escucho ninguna canción suya. Cierto que tampoco estoy muy al día de las canciones del verano...pero debe de tener como mínimo 70 años.
    Saludos y un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. yo hace tiempo que no sé de él, pero a mí hace tiempo que me cansó, prefiero a otros cantantes. Me pregunto que hará el resto del año.

    ResponderEliminar
  3. Desde luego tiene mérito haber logrado tantas canciones del verano... pero a mi personalmente todas me suenan igual

    ResponderEliminar
  4. El mérito no es suyo, es de la podredumbre mental que nos asola.

    ResponderEliminar
  5. El bueno de Georgie. Con las mismas notas y un cambio mínimo, tantas grandes canciones para la historia del arte.
    Nunca sé si canto (tarareo) "El chiringuito" con la música de "Las barbacoa" o es al revés. O quizá acierte.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.