Hoy hace siete días
que el teléfono no paraba de sonar,
siete días ya
del sabor de las comidas sin sal,
de los parches y las inyecciones
...de morfina, desfibriladores y adiro
de simvastatina, efient y ramipril;
siete días
desde que casi me olvidara de respirar,
y por fin entendiese
que nunca podré escribirte una sola palabra
que te defina según mi corazón.
Jamás seré capaz de decirte
que emerges de las cosas
llenas del alma mía,
o que ya no te quiero, es cierto,
pero tal vez te quiero,
o que un clima de oro maduraba apenas
las diurnas longitudes de tu cuerpo
llenándolo de frutas extendidas...
las diurnas longitudes de tu cuerpo
llenándolo de frutas extendidas...
Es inalcanzable, utópico, imposible
inventarte cosas tan maravillosas
y certeras.
y certeras.
Hace una semana, sin embargo,
descubrí que no preciso metáforas,
rimas ni bellos adjetivos
para que entiendas el significado
que en mi vida tiene tu vida;
basta un poco de realidad
como la de hace siete días
que en mi vida tiene tu vida;
basta un poco de realidad
como la de hace siete días
cuando, aún inmóvil y con pulso incierto,
todo mi pensamiento seguías siendo tú.
todo mi pensamiento seguías siendo tú.
El Sietemesino
Imagen (Goolgle)
Asi es, en los minutos limites, cuando la vida se disfraza de incertidumbre emerge sin siquiera pensar, lo mas amado. Un abrazo..y que te pongas bien muy pronto :)
ResponderEliminarvaya, como los buenos poemas, todas las palabras se resumen en una última frase demoledora...
ResponderEliminarUn saludo :)
Oh, vaya, Pequeño Saltamontes, muchas gracias por las palabras... jeje. Ya sabes que tú también estás, de manera más o menos constante, en mis pensamientos.
ResponderEliminarY recupérate, ¡¡coño!!
Besituuus ;)
(¿Cabe reseñar el tono irónico de mi comentario? Que aquí la peña no me conoce y tal... xD)
ResponderEliminarNo sé que coño pasa, que tus comentarios no entran en mi blog, eso si, me llegan al correo, algo es algo.
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