Que fue en un gélido mes de enero
(y con nervios hasta en la rabadilla)
cuando cogí equipaje, dinero
y me encaminé hacia Sevilla.
Allí pensaba encontrar tesoros
y legendarias plazas de toros.
Sin embargo, en lugar de eso hallé
una especie de Dios y Demonio
unidos en feliz matrimonio
bajo cierto nombre de mujer.
Nombre asonante con medicamentos
como nicotina o cocaína,
y nombre de ojos color alegría
(inspiración de mil poesías)
que se me clavaron tan dentro
que en la misma estación de autobuses,
entre maletas y acentos andaluces,
por ellos dudé, renegué y lloré...
y que por ellos me hubiese arriesgado
a cometer alguna que otra locura
como abrazarte, besarte o, sin visado,
pasar la frontera de tu cintura.
Mas el profundo e infantil miedo
a una indeseada mala reacción,
a un "no" directo al corazón
me impidió mover un solo dedo
y siquiera aquel diecisiete de enero,
cuando solos y a oscuras en tu barrio,
supe despegar mis cobardes labios
para poderte decir: Te quiero
El Sietemesino
Imagen (Google)
tengo un amigo que cuando sale a la calle tropieza con todo, será bueno que te lo presente, teneís mucho que compartir.
ResponderEliminarHola sietmesino!, es preciosa tu poesia, con un sabor de añoranza. Eres un genio!,deseo que estés bien y animado, a ver si ahora haces otra de humor que me río mucho y ésta es preciosa pero un poco triste.
ResponderEliminarUn beso y que pases un buen y feliz domingo!.
Me encantó la originalidad de esta poesia..esto es poetizar con libertad, desde una perspectiva diferente y que no abunda. Creatividad 100%.
ResponderEliminarCuantas locuras somos capaces de hacer en nombre de 'nombres'..
Saludos y buen inicio de semana!
Me ha encantado. Es cierto que es original ^^ Curiosa la manera de ver las cosas, me parece a mí. Tiene versos muy hermosos y que te hacen pensar '¿y si lo hubiera hecho?'.
ResponderEliminarUn besazo.