miércoles, 22 de diciembre de 2010

Suelta el arma, forastero

Jugando el otro día al cinquillo con Michael Jordan, me contó que una gallina depre le dijo a otra que necesitaba a-pollo, y yo, mientras deslizaba sobre la mesa el naipe ganador, le contesté que tal vez los amores sucesivos al primer amor, no son sino remedios con los que aliviar el dolor de éste. Osadía excesiva la mía, puesto que no estoy en condiciones de insinuar siquiera que la enferma plumífera necesite una pareja, ya que la razón de su padecimiento no ha de ser necesariamente el amor.
Naturalmente, el larguirucho se desenroscó la cabeza, la botó por tres veces (amor, amar, amor) y la estrelló sobre el oscar al Más Guapo que descansa sobre el televisor de casa. Mas si la belleza, como dice Platón, engendrá el amor, ¿qué coño hago yo echando mano de mi mano porque se me resisten los zafariques?. Me he convertido, sospecho, en un receptor de inmerecidos oscars. John Wayne a vuelto.


Foto (Google)
El Sietemesino

4 comentarios:

  1. Jaja no sé si me he enterado de algo.. pero hablando de amor yo cuando me enamoro siempre es la vez que más, así que de ninguna manera creo que un amor sea para tapar otro.
    Un besote!! :**

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  2. ¿¿¿Amor a punta de pistola??? Jejeje Un abrazo!

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