miércoles, 14 de enero de 2015

Escucho pero no escucho





Escucho que todos somos Charlie Hebdo. Pero no escucho que antes que ser Charlie Hebdo, hay que ser anti cualquier injusticia.


Escucho que el Islam se acerca más al ideologismo que a la religión. Pero no escucho que generalizar la intepretación particular de los fundamentalistas, es radicalizar a todo aquel que profesa la religión musulmana.

Escucho que las circunstancias exigen actuar con mano dura ante la ola de pánico que asola Europa. Pero no escucho que más que contra el terror, debemos enfrentarnos a nombres y apellidos.

Escucho cómo llaman islamistas a los islámicos. Pero no escucho que eso es identificar todo aquello asociado al Islam con su sector más integrista.

Escucho que posiblemente nos hayamos ante una nueva Guerra Santa. Pero no escucho que no es correcto hacer globales los deseos individuales.

Escucho que existe un acuerdo contra el terrorismo yihadista. Pero no escucho...
 ... que el terrorismo nunca pertenece a una sola nacionalidad, creencia o raza.

Escucho que hay preservar la libertad de expresión. Pero no escucho que es sibilino utilizar una de las libertades consustanciales a la democracia, con el fin de ofrecer un superficial e interesado rostro de la realidad.

Escucho que la revista satírica francesa es un estandarte de la libertad de expresión. Pero no escucho que la redacción del semanario decidió despedir en julio de 2008, a uno de sus empleados por criticar en su columna al hijo mayor del presidente Nicolas Sarkozy.

Escucho, muchas cosas escucho. Pero quizás no escuche que intento posicionarme en favor de la objetividad. Aunque si pretender ser ecuanime me transforma a tu juicio en sospechoso, hazme el favor de borrarte de mi vida virtual.


El Sietemesino

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