lunes, 28 de octubre de 2013

Los mejores de los peores



2-1. Felices los ganadores y descontentos los perdedores. Resultadismo puro y duro. Lógico. Si nos atenemos al juego desplegado por Barça y Madrid el sábado, deduciremos que ambos deben encontrar motivos para la autocrítica aún y a pesar de saber que se impondrán en el 80 o incluso el 90 por ciento de los encuentros que, de aquí a final de temporada, disputen en la comeptición doméstica.

La Liga, sin embargo, no es la Champions ni Levante, Granada o Elche son, por más ganas y empuje que le echen, Bayern, Borussia o Chelsea. Remitirse únicamente al marcador para justificar lo acaecido durante un partido es una de las mejores forma de adelantar las derrotas.

Barça y Madrid, Madrid y Barça no son, al menos a día de hoy, dos varas de medirse el uno al otro. Ambos no atraviesan su mejor momento y, por tanto, lo que pueda suceder entre ambos no es más que fruto de la improvisación, experimentación o miedo de Tata y Carletto, dos técnicos nuevos en esto de los Clásicos nacionales.

Los culés, no obstante, aventajan al Madrid en lo que ex valencianista Mata ha llamado "idea de fútbol". Los primeros, a pesar del deficitario rendimiento de Messi, Xavi o Piqué, encuentran como tabla de salvación al mediocre juego que vienen exhibiendo en este inicio de temporada, un modo, una filosofía, una idea: no deslumbran, pero tienen un patrón al que recurrir. Los segundos, los merengues, además del bajo nivel mostrado, ignoran a qué remitirse. Así pues, se entenderían sus quejas arbitrales no tanto como un impulso, sino como una actitud costumbrista ejercida con el claro objetivo de no reconocer las carencias que atesora el equipo. Si girar la vista al electrónico para justificar lo ocurrido sobre el césped es una manera de adelantar las derrotas, la ausencia de objetividad es la forma, por excelencia, de condenarse al fracaso.

Estos dos conjuntos ya no son, al menos a día de hoy, dos termómetros que midan entre sí su propio potencial. En este momento, ganarle al Madrid no garantiza estar en plena forma para poder competir contra el Bayern, y perder contra el Barça reclamando dos penaltis no es bagaje suficiente para esconder las miserias del equipo más caro que jamás vio el fútbol.

Suerte en Europa, van a necesitarla... si no evolucionan.



El Sietemesino

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