domingo, 24 de julio de 2011

Con lo buena persona que parecía

Anders Behring Breivik. Así se llama el hombre que tiene el lamentable honor de haber perpetrado la mayor matanza de Europa desde que, en 2004, varios trenes saltaran en pedazos por el cielo de Madrid.
Behring, de 32 años, cristiano y de ideología ultraderechista, quiso emular las "gloriosas" cruzadas de antaño asaltando el viernes un campamento del partido gobernante en la isla de Utoya, preocupándose de hacer  explotar una bomba en Oslo horas antes. 
Disfrazado de policía y con fusil en mano ha dejado hasta el momento 93 cadáveres porque había que frenar la "invasión islámica en Europa".
Como es habitual en estos casos, nadie creyó ver en Breivik a alguien capaz de hacer correr tanta sangre, pues "todo el mundo sabe su nombre, pero nadie sabe realmente...
...quién es", tal era su impecable comportamiento.
Sin embargo, cada vez son más los datos que van descubriéndose sobre la vida del cortés ciudadano, datos como los que pueden leerse en "document.no.", portal donde contribuía así "dígame de un país donde los musulmanes hayan convivido pacíficamente con los no musulmanes", "¿cuándo ha dejado de ser el multiculturalismo una ideología dirigida contra la cultura europea, las tradiciones, la identidad y las naciones Estado?".
Todo un ejemplar de nazi el "amigo" Anders, un nazi de mente cultivada y fría que no olvidó publicar un manifiesto antisemita on line minutos antes de llevar a cabo el trágico plan: "una vez que te decides a atacar, es mejor matar a muchos que a unos pocos, o te arriesgas a reducir el deseado impacto ideológico del ataque", dejó escrito en una de sus páginas.

El Sietemesino
Imagen (Google)

2 comentarios:

  1. La cuestión reside en el libre albedrío de los neonazis en Europa. Hace pocas semanas, en Valencia, Democracia 2000 atacó al público en la presentación de un libro, con absoluta impunidad por parte de los autores. El crescendo en centroeuropa de alternativas hitlerianas es preocupante. Mucho más, el buenismo practicado en los foros internacionales. No puede ni debe, ni lo ha sido, considerase el desastre noruego como un caso aislado ejecutado por un incontrolado. Claramente responde a un programa crucial de resurgimiento ideológico. Por la ilegalización de todos los partidos fascistas y nazis en Europa.

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  2. Las palabras del manifiesto parecen de un loco, pero lo peor es que este cuerdo.

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