miércoles, 29 de junio de 2011

Una vida cualquiera

A él, que no pidió nacer, le dieron la vida y una vez en ella le dijeron que tenía que ganársela. Entonces comenzó la escuela, sitio donde pronto aprendió a comportarse como un adulto y a memorizar debidamente fórmulas, nombres y fechas so pena de un buen reglazo. De ese modo, y casi sin advertirlo, llegó el momento de trabajar; infinidad de trabajos desempeñó, buenos y malos trabajos, sin embargo, en ninguno le valió de mucho lo aprendido en el colegio y en todos hubo de obedecer órdenes y más órdenes, muchas de ellas injustas, si no quería poner en peligro la recompensa que todos los meses le permitía ganarse la vida que él no había elegido. Claro que, entre el final de una cosa y el inicio de otra, tuvo tiempo de descubrir el amor. Y en este caso sí le fueron útiles las lecciones recibidas en la escuela, es por eso que, aunque no la quisiera, le decía a la novia de turno que la quería. Al fin y al cabo, así se comportaban esos adultos a los que una vez le exigieron parecerse y él, después de todo, siempre destacó por ser un alumno muy aventajado, lo suficientemente aventajado como para divertirse con el tabaco, el alcohol o la televisión mientras, sin darse cuenta, pasaban los años de esa vida ganada a pulso y que, a pesar de no haber elegido, había terminado cogiéndole cariño. Lo supo esta mañana al sentir resbalar una lágrima por su mejilla cuando el médico le dijo que era seropositivo.

El Sietemesino
Imagen (Google)  

6 comentarios:

  1. Qué difícil... No sé qué haría en una situación como esa, saber que se tiene una sentencia de muerte lenta pero segura... como quiera todos sabemos que tarde o temprano nos vamos a morir, pero esperamos que sea más tarde que temprano... claro siempre que no estemos cabreados con la vida y decidamos ponerle fin antes de tiempo, o que estemos en un sitio donde las pistolas son más comunes que los paraguas y que de nada te den un solo tiro que te mande a la fosa antes de lo convenido... en fin... después de tanta palabrería... solo me queda decir... Guay, qué difícil!

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  2. Me encantó este cuento, sobre todo el recurso de no usar nombres, de que sean él o ella y ya, ese reflejo de lo anónimos y anónimas que nos ha vuelto este siglo... También me gusta mucho tu blog, gracias por el comentario dejado en el mío, un placer para mí que lo sigas, ahora pido yo el gusto de seguir el de ustedes. Un abrazo!

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  3. Qué conmovedor, Sietemesino. Sin embargo, aunque suene redundante, la vida es un compendio de otras (vidas, es decir), pues, uno vive tantas veces una misma que en algún momento se dará cuenta con cuál se queda. Saludos, amigo :)

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  4. Hola David, yo también pienso que es conmovedor, emotivo y cosas de la vida real, que pasan, que no buscas pero que te las encuentras sin más un día dado.

    Por desgracia esta enfermedad hoy en día es lo mínimo que se puede pillar, ya que nunca sabes con quien se ha acostado la chica o el chico con el que pasas una noche de pasión y luego, en unos analisis te toca el bombo!. Tengo amigos que son seropositivos, y es duro, más bien por el rechazo de la sociedad que muchas veces la gente tiene hacia estas personas que son tan normales como los de a pie. Lo único que tienen que vigilar más su salud, y el contagio no es tan fácil a no ser que haya relaciones por el medio. Es una pena y a la vez una barbaridad como se llega a esquivar y a señalar con el dedo personas enfermas así. Pero tienen todo el derecho de vivir como cualquier otro y por suerte en medicina estan avanzando mucho para que se pueda curar y para que tengan que tomarse menos pastillas y no sean tan bestias. No es un camino fàcil y da miedo para uno mismo el saber que estás sentenciado, pero tambien lo puedes estar con un cáncer, o con una enfermedad del corazón, o con un virus de gripe, .... sólo me gustaría decir que si la historia de esta persona es real que le heche huevos al asunto, levante la cabeza, y siga con su vida, que el dolor que puede llebar adentro no lo corroa y que tenga esperanza en las medicinas que estan saliendo ahora. Que no se hunda, y quien le señale con el dedo si es que lo hacen al pasar, haga lo mismo con ellos mientras diga "tambien puede pasarte a ti!".

    Muchos ánimos sietmesino y un abrazo y beso bien grande!!!

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  5. Un relato duro y conmovedor. Me ha gustado mucho.

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  6. Ser seropositivo o tener pecas, no presupone una muerte segura ni próxima.
    El más sano del mundo puede ser atropellado de la forma mas idiota e inoportuna.
    De cualquier modo, algo mucho peor que morir antes o después es no haber vivido, ser un zombi, que es poco más o menos. lo que describe esa vida, una vida cualquiera en la que el individuo, nace vive y muere, pasa por la vida sin pena ni gloria haciendo lo que le mandan, desde que nace hasta que lo desconectan.

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