Para que no le supiera tan amarga, vertió la dosis letal en tres dedos de vino, removió cuidadosamente hasta hacerla desaparecer y, con terrible indiferencia, llevó la copa a su boca. Sin embargo, la mano del frustrado escritor aún se detuvo un instante. -¿Acaso no será cierto que las mejores letras todavía están por llegar?-. Se rascó pensativamente los huevos, hurgó en su nariz gigante como la de Karl Malden y clavando la vista en el calendario que le habían regalado en el banco: -¡Diablos, claro que están por venir las mejores!, ¡sobre todo las de esos cabrones!-, e hizo una mueca de asco al comprobar que el vino tampoco pudo endulzar el último trago.
El Sietemesino
Imagen (Google)
Este blog nace con la intención de combatir en la medida de lo posible, esa cosa que convierte la vida en una experiencia menos agradable: el aburrimiento. Y para nuestro propósito hemos decidido utilizar armas tan sanas como poesía, literatura, música, experiencias, anécdotas, vídeos, reflexiones... lo que sea con tal de entretenerte unos minutos y robarte, si puede ser, un "hay que joderse" (pero de los desenfadados).
qué gran reflexión, muy bueno!!!
ResponderEliminarun saludo, sietemesino
Estamos en unos días donde parece que cualquier tiempo pasado fue mejor.
ResponderEliminarMuy bueno sietmesino!!!!! un beso y buen domingo!
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