domingo, 19 de junio de 2011

Amando al revés




Si mi boca no estuviera llena de tu nombre,
si mis dedos dejaran de querer clavarse en tu piel,
si a mi nariz le costase distinguir tu perfume,
si mis oídos expulsarán el sonido de tu voz,
si mis ojos perdieran el rojo del desvelo...
o el corazón no me diera un vuelco trepidante
cada vez que suena el teléfono y se trata de ti,
si no fuera por todo eso y algunas razones más,
diría que no te odio, detestable papaíto.

El Sietemesino
Imagen (Google)

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