El día de su vigésimo tercer cumpleaños invitó a sus más íntimos allegados a una fiesta en casa. Pan bimbo con chorizo, tarta de chocolate y cava. Nada especial si no fuera porque entre copa y copa, advirtió a los asistentes que no debían sentirse responsables de nada, que lo único que haría sería rebobinar la cinta hacia adelante, puesto que la canción que sonaba era un poco triste para él. -¡Ah, lo olvidaba!, que el último lo limpie todo antes de irse; estos vecinos se quejan de puro vicio-, añadió poniéndose el cañón de la pistola bajo el paladar.
El Sietemesino
Imagen (Google)
¡¡Me ha encantado!!
ResponderEliminarBravísimo ;)
Saludos
Tener que limpiarlo, vaya gracia.
ResponderEliminary quién limpiaría lo suyo?
ResponderEliminarmuy bueno!!!
Un relato, corto, fuerte, potente. Me ha gustado
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