sábado, 11 de diciembre de 2010

Más chutes no


Hace no demasiado tiempo un diario español acuñó, a propósito del éxito deportivo nacional, la siguiente frase: “Soy español, a qué quieres que te gane”. Palabras de una prepotencia innegable y que están dando para mucho durante los últimos días.
Otra vez términos como “anabolizantes”, “nandralona” o “esteroides” se pueden leer junto a los nombres de algunos (ya son demasiados) de nuestros atletas. La última en caer: Marta Domínguez, icono mundial y vicepresidenta de la federación de atletismo.
La guardia civil, a instancias del juez de turno, ha llevado a cabo recientemente un registro en el domicilio de la plus marquista, en el que se han hallado muestras de sangre y diversas sustancias dopantes. Marta, por el momento, no es culpable de nada, pero si un magistrado ordena el registro de la vivienda de un personaje con tanta trascendencia, muy clara debe ver su implicación.
Cuando todavía están muy recientes los casos Valverde, Paquillo...
 ...Fernández o Contador, el éxito español vuelve a ponerse en tela de juicio; cuando todo parecía regresar poco a poco a la normalidad, el doctor Eufemiano Fuentes, imputado en la Operación Puerto, aparece con más fuerza que nunca.
La prensa internacional, en vista de semejantes antecedentes, ya duda de Gasol, Nadal o Alonso y, lo más triste es que pueden, e incluso deben, dudar. No es de extrañar, pues, que de ahora en adelante los periódicos extranjeros digan cosas tales como: “Soy español y me dopo, a qué quieres que te gane”. Lamentable.

      P.D.: Tal vez todo lo ocurrido sirva para darnos cuenta de que el deporte de élite, en el que la competitividad es bárbara y los profesionales auténticas empresas andantes, los controles antidoping
son innecesarios dado que la ingestión de ciertas sustancias parece casi obligada, si lo que se pretende es que el cuerpo aguante semejante tralla. Un buen ejemplo de ello es la N.B.A.


      El Sietemesino
      Foto (Google)

7 comentarios:

  1. Qué triste!! Siempre admiré mucho a los deportista (los ciclistas me parecían casi dioses) por esa gran capacidad de sacrifico, de la que yo carezco. A la porra!! Ya no nos queda nada en qué creer...
    Un beso,

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  2. Yo no sabía quién era esta chica, a mi me sacas del fútbol y no tengo ni idea, pero vaya por dios también, qué necesidad tendrá de meterse en esos charcos, en fin, a ver si se aclara todo pronto, un besote

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  3. Creo que si se prohibe es por dos razones, primero por la salud del deportista, algunas de esas sustancias tienen efectos perjudiciales al largo plazo. Lo segundo es para competir en igualdad de condiciones, de no ser asi deportistas con menos recursos competirían en inferioridad de condiciones.

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  4. Es bastante lamentable que deportistas de renombre mundial puedan quedar en entredicho por culpa de cuatro pringaos para los cuales, al parecer, el fin justifica los medios... aunque sea drogándose.

    Yo conozco a un, ya, ex-deportista que recurría a la "sangre oxigenada" para rendir más en las pruebas. Sin saber que era eso, acompañé a su pareja a comprar los elementos necesarios para llevar a cabo aquella treta...
    Yo pensaba que el chaval era simplemente bueno en su deporte; pero perdió completamente mis respetos desde aquello.

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  5. Es una verdadera pena que en el deporte también exista la degradación, lo supuestamente corrupto. El juego es recreación y se ha convertido en negocio, en triste competencia... Lamentable.

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  6. Una pena lo de los esteroides, pero se trata de una forma de vida! No sé si han visto un documental gringo en el que se muestra cómo es la vida detrás de el fisicoculturismo (que no tiene que ver con atletas olímpicos de alto rendimiento pero es la misma presión por ser mejores y obtener resultados más allá de las capacidades propias del individuo). Terrible pero cierto.
    Los esteroides están regados por el mundo entero.

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  7. Bueno, de Gasol, es difícil dudar, en todo caso dudarán de todos los jugadores de la NBA. De todos modos, el club de los tramposos ha existido siempre. Quizás habría que rebajar la comercialidad (el teatro mercantil)del deporte y convertirlo en deporte tal cual, asesinando en principio, a todos los mercaderes que rodean el asunto. Pero obviando el rendimiento de las élites, en este caso, y parece que se nos olvida, lo único que se ha destapado es una red de productos parafarmaceúticos ilegales. El consumo de éstos no estaba destinado, (quizás también) a los deportistas de élite, sino a los gimnasios. Una red que mueve MILES de millones. Tema complejo y largo de hablar. Saludos.

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