Cógeme bien con los dedos,
mójame donde prefieras
y abre los labios sin miedo.
Deja que llegue a tu boca
y en su saliva me pierda,
quiero que sea tu aliento...
... brisa que empuje al sabor
tierno de lengua lasciva.
Frágil migaja de pan,
puedo más tarde rodar
hasta el abismo profundo:
siempre garganta y abajo.
Juro que no pensaré
mientras escuche el rumor,
mientras escuche las venas,
mientras escuche el deseo
rojo, caliente y jugoso.
Tómame entero, caníbal,
tómame entero ahora,
deja que el hambre voluble
vuelva a entregarme al vientre.
Raro misterio lejano,
fin incesante y principio,
cuna y cama y origen.
Cómeme como una loca,
nueva Diosa Saturno,
muerde con fuerza este sueño
y hazlo sin miedo sabiendo
que sólo muriendo una vez
puedo empezar a nacer
y desde dentro besarte,
besarte, besarte y volver
a besarte desde dentro.
El Sietemesino
Foto: Roberto Gomis
Mamaaa mia!!..Cuanta pasión se desprende de este poema.
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