domingo, 23 de febrero de 2014

Dónde




El verdadero poeta,
domador de palabras,
no exhibe sus obras
de muro en muro
cual chulo en el bar

ofreciendo a sus putas.

El puro creador
se cobija en sí,
se basta consigo,
bolígrafo en mano,
observando al resto
ahogarse entre lodos.

Te digo lo bueno que eres
si a cambio me dices
lo bueno que soy,
ese es el rollo
que ahora se lleva.

Arritmia imperante,
esclavos del ripio,
comen migajas en tinta
y pretenden ser luz
sin salir de las sombras.

Dónde los dioses
vestidos de Arthur
o Charles o Panero
o Limónov o el chico
callado y sensible
cuya alma se quema
en su propio misterio,
dónde residen
los versos reales
que quedan muy hondo
aun después
de cerrar para siempre
el libro.

Dónde.

En mayo florecen las flores,
el mirlo rebosa contento,
pura sonata divina
y flipan colores
de aburrimiento
hasta las mismas sardinas.

Infancias felices,
regalos en reyes,
Pecé en el cuarto...
el tema se fue de las manos
y apesta a colonia nenuco
al leerlos en redes sociales,
revistas y libros
de veinte euritos
(edición de bolsillo).

Por eso me asquea 
la letra vendida,

por eso me asquea 
la letra ficcticia,

por eso me asquea 
la letra vacía

y por eso me asquean las rimas
doradas de esos poetas
que escriben de espaldas
al mundo y ponen en google:
“busco palabras 
que acaben en...”.

Por eso me asquea
este puto poema
salido un febrero lluvioso
que sabe a mentiras
y dudas y ausencia de todo
y de cuanto se puede añorar.

Tal vez por eso
lo dijo Jim Morrison:
“this is the end,
beautiful friend,
this is the end,
my only friend, the end”.

Te 
lo 
ju
ro
por
Ver
laine.


El Sietemesino

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.