No la he olido
y mucho menos tocado,
ignoro qué humor tiene al despetar
y cuál es su número de calzado.
y mucho menos tocado,
ignoro qué humor tiene al despetar
y cuál es su número de calzado.
Pero hoy yo pienso en ella,
en lo injusta que puede ser la vida
desde cualquier frío hospital
acompañando las últimas horas de papá.
en lo injusta que puede ser la vida
desde cualquier frío hospital
acompañando las últimas horas de papá.
Tubos, goteros,
pastillas y silencio;
olor a comida sin sal,
angustia y otra vez silencio.
pastillas y silencio;
olor a comida sin sal,
angustia y otra vez silencio.
No, no he sentido su respiración
ni tampoco la he abrazado;
desconozco su color favorito
o si prefiere el dulce al salado.
ni tampoco la he abrazado;
desconozco su color favorito
o si prefiere el dulce al salado.
Varias razones apartan
mis propósitos de los suyos,
algunas cosas desligan
su futuro del mío.
Sin embargo hoy,
a corazón abierto
escribo estas letras
que pronto leerá.
Barreras, barreras y barreras
que poco deben importar,
pues ahora, noche de Reyes,
lloro su dolor, como si ese dolor
fuera mío de verdad.
pues ahora, noche de Reyes,
lloro su dolor, como si ese dolor
fuera mío de verdad.
El Sietemesino
Imagen (Google)
Triste noche de Reyes o de cualquier noche, quizá en ciertas fechas todavía se acusé más.
ResponderEliminarEstas fechas sólo las disfrutan realmente los niños, los mayores siempre tienen un pequeño recuerdo que les impide disfrutarlas igual.
ResponderEliminarEs una noche de ilusión para muchos niños, y en el ilusionismo cabe todo; el dolor y la alegría, sentimientos encontrados, pero sentimientos al fin y al cabo, que nos hacen sentir vivos y humanos.
ResponderEliminarBuen poema. Un abrazo.