El sábado por la tarde tuve el placer de poder presentar Vareando Nubes de José Antonio López Rastoll, un libro del que ya existen referencias en este blog.
En la librería Libros 28 de San Vicente (Alicante) el tiempo pareció diluirse de forma misteriosa entre lecturas, preguntas y risas.
Lamentablemente no adjunto foto alguna del acto, sin embargo "cuelgo" la introducción íntegra para que, si os apetece, podais leerla.
Buenas tardes a todos y muchas gracias por asistir a la presentación de Vareando Nubes, de José Antonio López Rastoll, sentado aquí a mi lado, y quien ha tenido la amabilidad, ingenua amabilidad, de pedirme que diga unas palabras sobre su último libro. Él se lo ha buscado.
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de
Alicante, este...
...escritor, prologuista y extraordinario domador del tiempo (tiene
la habilidad de transformar las horas en breves minutos gracias a su didáctica
conversación), alterna desde hace más de una década la docencia con su otra
gran pasión: la literatura. Un ámbito éste último, en el que ya destacó en 2009
cuando publicó El Mirador, obra iniciática que obtuvo muy buena crítica y que
le ha llevado a emprender una segunda aventura con la que logra superar, en mi opinión, a
su antecesora.
En Vareando Nubes, José Antonio muestra una elevada gama de
recursos, así como una técnica más depurada resultado, sin duda, de la madurez
que proporciona la experiencia. Todo un salto cualitativo que no impide al
libro destilar la sutil ironía y los finales sorpresa que siempre identificaron
a su autor, y que tan bien domina.
Todos y cada uno de los veintisiete relatos que componen la
obra, albergan el propósito de entretener y provocar al lector pero, ante todo,
quieren descubrirle, o recordarle, algo que en estos tiempos de “primas de
riesgo”, “déficits” y “recesiones” parece haber olvidado: la capacidad de
imaginar, la capacidad de creer, la capacidad de soñar.
El empeño de José Antonio es admirable, de agradecer, porque
además de gratis, soñar es necesario. Un alimento imprescindible en la mochila
de cualquier buscador que se precie. La semilla del progreso, de la evolución,
del avance se encuentra en los sueños. Acaso todavía deberían ceder los negros
su asiento a los blancos en el autobús, si aquel ilustre defensor de los
derechos humanos no hubiera dicho un día, durante la memorable Marcha sobre
Washington, el célebre “yo tengo un sueño”.
¿Qué sería de todos nosotros sin la fuerza de la imaginación,
de la creencia, insisto, de los sueños?Sombras, seríamos sombras de miradas atadas al suelo
caminando apresuradamente a casa, preocupados, enfermos de realidad. Seríamos,
ni más ni menos, eso en lo que muchos se han convertido ya y que Michael Ende
supo ver antes que nadie: Hombres Grises. Auténticos Hombres Grises esclavos
del tiempo y el deber, incapaces de dejar de sobrevivir para empezar a vivir.
Esa es la principal razón
por la que Vareando Nubes no pasa inadvertida, ese es tu gran mérito, tu
mayor trofeo, José. No solo entretienes y despiertas infinidad de reacciones en
el lector, además nos descubres, o recuerdas, una de las causas que hacen de la
vida un lugar habitable. Y lo consigues con un discurso tan cotidiano, con un
humor tan contagioso, con una prosa tan sencilla que es imposible resistirse a
la ternura de Carlos en Te Quiero, Tío; a la eubolia de Ignacio en La Cosa de
la Cosa; a la beatitud de Paca en Obleas; al perfeccionismo de este otro Carlos
en El Encanto; y, por qué no, al humor de Olvido en Donde Habite el Alzheimer.
Estos personajes y algunos más nos esperan entre las páginas de la obra de
López Rastoll, para revelarnos que si queremos, podemos conseguir el objetivo;
que lo imposible se nutre de lo posible; que la llave se halla en los sueños; y
que lo esencial, como diría el Principito, es invisible a los ojos.
Sin lugar a dudas, Vareando Nubes se trata de un libro que,
por su valor educativo, merece ser leído en colegios e institutos, lugares
donde, por fortuna, los sueños no solo sueños son aún.
Si cualquiera de vosotros me pidiera una razón para leer este
libro, lo tendría claro: la cantidad de valores que transmite. Si alguno de
vosotros me preguntara cómo definiría la obra, lo tendría claro: trascendental.
Deliciosamente trascendental. Una literatura que rebasa el lenguaje
convencional. Una lectura ciertamente ilustradora.
Y como un servidor, a diferencia de ti, no posee la facultad
de comprimir el tiempo hasta hacerlo volar; como me enrollo más que las
persianas; te cedo sin más preámbulos el turno, pues estoy convencido de que
tus explicaciones resultarán muchísimo más interesantes de lo que hayan podido
serlo las mías.
Muchas gracias.
El Sietemesino
Imagen(Google)
El hermoso título ya promete...
ResponderEliminarDavid, no sé en que fase literaria te encuentras tú, pero en tus palabras desprendes mucho arte. Por otro lado, comparto contigo muchas de las opiniones que has vertido sobre Jose Antonio y su manera de varear nubes.
ResponderEliminarSaludos.
Fantástico, David. Tomo nota de tus incuestionables facultades como presentador, por si acaso.
ResponderEliminarMe alegro de que Jose y tú varearais las nubes juntos.
Un abrazo.
Una buena presentación de José Antonio y de "Vareando nubes" :D
ResponderEliminarYa ves, primo, que no soy el único que piensa que eres "carne de literatura". Felicidades por ser tan tú.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una presentación muy bonita, que imagino le encantaría al autor.
ResponderEliminarCon una presentación así, es inevitable leerlo.
ResponderEliminarA ello vamos.
Enhorabuena por la presentación, muy cuidada y con cariño y pasión, como debe ser. El título es hermoso.
ResponderEliminarUn saludo, y suerte a ese libro :)
Siempre que nace un libro nace una esperanza. Que sea con mucha mierda.
ResponderEliminarVictor Hugo