Hay en el mundo casi siete billones de personas y pocas me hinchan tanto la vena del cuello, como las que hace tiempo dejaron de pensar para aferrarse a tópicos e ideas preconcebidas a la hora de abordar una conversación. Es decir, nada extraño bajo el sol.
El problema, sin embargo, surge cuando los miembros de este rebaño sustituyen la opinión particular y subjetiva, por el juicio absoluto e inamovible. Dado que renunciaron a la reflexión, estos ejemplares de persona han pasado de lo particular a lo genérico. Ellos no dicen "esto no me gusta", ellos aseveran "esto no vale".
No obstante, a poco que se analice el asunto averiguaremos que el cambio de la opinión por el del juicio, responde muchas veces a un sentimiento: el de posesión de la verdad. ¿Por exceso de ego?, ¿ignorancia?, ¿prepotencia?. Ni idea. Lo que sí sé son las consecuencias: dar la espalda al...
...aprendizaje, irritarse al escuchar comentarios diferentes o no respetar el turno de palabra son algunos de los síntomas.Diríase que una fuerza interna parece poseer a tan extraños especímenes, quizás la televisión, los periódicos, la radio, tal vez... (Información tomada por real y cierta, sin antes contrastarla ni ponerla en duda, es una imprudencia grave porque se corre el riesgo de transformas esas "verdades", en dogmas. Y deshacerse de un dogma es chungo patata).
Aún y así, lo más triste del asunto es que cuando suena el teléfono y compruebas que se trata del amigo "iluminado" de turno, en el mejor de los casos atiendes la llamada pero le dices "lo siento, hoy no puedo quedar, tengo muchas cosas que hacer". Aunque ese día lo único que te espere sea internet, televisión, cuatro cervezas o unas lecturas aburridísimas que, eso sí, en ningún momento llenaran tu espacio vital de mierda igual a la que te ofrece la raza de los no-pensantes.
Imagen (Google)
Sin que sirva de precedente, estamos de acuerdo.
ResponderEliminar"pocas me hinchan tanto la vena del cuello, como las que hace tiempo dejaron de pensar para aferrarse a tópicos e ideas preconcebidas"
ResponderEliminarPues entonces no son pocas, son casi todas. :D
Hace tiempo que releí "Cuatro horas con Mario" de Delibes y he recordado la última escena en la que el hijo se enfrenta a la madre ante su visión sesgada de la vida, aquella que atiende a su interés y el resto desecha, al yo soy el bueno y ellos los malos, a la intolerancia frente al diferente.
ResponderEliminarCuánta razón tienes, pueden denominarlos borregos, yo los llamé magdalenas.
Cada día es más difícil encontrar personas capaces de usar el razonamiento y el sentido común como base de su argumentación. La educación no va por ese camino, sino por el del pensamiento único, inamovible y verdadero, que no puede defenderse porque está basado en el dogma y no en la razón. No se enseña a razonar, sino a creer, y de eso escapan los rebeldes.
ResponderEliminarSaludos y buen domingo.
Menos mal que queda gente como nosotros, capaces de charlar sin llegar a ninguna conclusión y a la vez llegando a todas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo peor que puede hacer una persona es aceptar la información/datos que recibe sin cuestionamiento, es decir, de forma dogmática.
ResponderEliminarA mi me exasperan las personas que lo hacen y que además intentan que tu hagas lo mismo, rebatiendo tus argumentos con estúpidos tópicos o como has dicho tú, ideas preconcebidas e intentando que tu los asumas al igual que lo hacen.
Personas que piensen por si mismas, que pierdan la pereza para hacer trabajar su pensamiento y cuestionar, buscar argumentos....están escaseando hoy en día.
Besos
Además de los no pensantes están los no escuchantes, suelen coincidir, son aborrecibles los dos. Lo fácil, lo que pretenden los "PODERES" de nosotros, es crear una masa informe que fluya por los límites que nos marcan y para eso están los no-pensantes y los no-escuchantes.
ResponderEliminarSaludos y enhorabuena por tu blog