Dicen que todo en la vida son intercambios, incluso tu vida, paciente lector, está originada por el omnipresente trueque (de fluidos, pero trueque al fin y al cabo).
Aunque no es necesario citar ejemplos tan místicos, pues conocido es aquello de azúcar por perejil, compañía por techo, tiempo por dinero... O sexo por piedras.
Sí, sí, por piedras, pero no de las que venden en las joyerías a precios infartantes, sino de las que suelen arrojarse contra las sucursales bancarias. Los guijarros de toda la vida.
-¿Y quién puede ser capaz de hacer algo así?-, te preguntarás. Pues unos animalitos de simpática apariencia que viven muy lejos de aquí y que se llaman pingüinos.
Sucede que las hembras de esta especie, concretamente las que habitan la isla......de Ross (Antártida), no dudan en escapar, aprovechando el más mínimo despiste de su pareja, e ir en busca de otros machos para entregarles sus lindezas a cambio de guijarros con los que construir su nido.
Sin embargo, no siempre es así. Según la zoóloga Fiona Hunter, "hay ocasiones en las que no llegan a consumar el acto sexual, sino que muchos de los machos regalan un par de piedras a cambio de unas simples caricias. Observando el nido de una hembra, he visto cómo conseguía reunir 62 piedras actuando de esta forma, sin llegar nunca a consumar el acto sexual". Y es que, como diría Rodríguez de la Fuente, nada más sabio que la propia naturaleza, ¿verdad?.
Por cierto, ahora comprendo qué hacía esta mañana Un Pingüino en mi Ascensor: tomarse un tiempo harto ya de que su pareja le pusiera los cuernos una y otra vez.
El Sietemesino
Imagen (Google)
Está visto que, sea cual sea la especie, las hembras somos las listas.
ResponderEliminar¡¡Ayy!! Cuanto ingenuo "pingüino" anda suelto por el mundo; regalando y pensando que eso les llevará a buen puerto.
¡¡Arriba las "pingüinas"!!
no tenía ni idea de eso.
ResponderEliminarDivertido y curioso. Me gusta vuestro blog. Saludos
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