Cubren sus hombros de luna creciente
infinitos cabellos desconocedores
del dolor que producen las manos
convertidas en garras por el placer.
Tras la roja y ajustada blusa
palpitantes minúsculos senos
(todavía limones de verde carne)
insinúanse con pura inocencia.
Y emergiendo de la breve falda,
asomando casi completamente,
dos plumas también teñidas de luna
cuyos muslos, que en un anillo cabrían
y que aún parecen oler a placenta,
afilan al sátiro sin ella saberlo.
El Sietemesino
Imagen (Google)
Hola Sietmesino!!, como estás??? me ha encantado tu poema, cada día te mejoras más!!!. Muchisimos besos!!! Y espero que estés bien.
ResponderEliminarLos sátiros simbolizaron inicialmente la fuerza incontrolable de la naturaleza animal, como tan bien dibujas en tu hermoso poema.
ResponderEliminarUn abrazo.